1. |
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Yo tengo clavada en la conciencia, desde mi infancia, la visión sombría del jornalero. Yo le he visto pasear su hambre por las calles del pueblo, confundiendo su agonía con la agonía triste de las tardes invernales; he presenciado cómo son repartidos entre los vecinos acomodados, para que éstos les otorguen una limosna de trabajo, tan sólo por fueros de caridad, los he contemplado en los cortijos, desarrollando una vida que se confunde con la de las bestias; les he visto dormir hacinados en sus sucias gañanías, comer el negro pan de los esclavos, esponjando en el gazpacho mal oliente, y servido, como a manadas de ciervos en el dornillo común, trabajar de sol a sol, empapados por la lluvia en el invierno, caldeados en la siega por los ardores de la canícula; y he sentido indignación al ver que sus mujeres se deforman consumidas por la miseria en las rudas faenas del campo; al contemplar cómo sus hijos perecen faltos de higiene y de pan; cómo sus inteligencias se pierden atrofiadas por la virtud de una bárbara pedagogía, que tiene un templo digno en escuelas como cuadras; o permaneciendo totalmente incultas, requerida toda la actividad, desde la más tierna niñez, por el cuidado de la propia subsistencia, al conocer todas, absolutamente todas, las estrecheces y miserias de sus hogares desolados. Y, después, he sentido vergüenza al leer en escritos extranjeros que el escándalo de su existencia miserable ha traspasado las fronteras, para vergüenza de España y de Andalucía. (Blas Infante)
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2. |
Brumas de Desesperanza
09:47
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Sin tierra, sin trabajo, sin Dios al que suplicar
Caemos en desgracia, vivimos al azar
Condenado de por vida todo me sabe igual
De sol a sol me consumo esperando mi final
Tañidos de campanas nos hacen despertar
Del sueño imposible, de poder prosperar
La desesperanza es a diario nuestro mal
El hambre se retuerce reptando hacia el altar
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3. |
Víctimas De Una Sinrazón
07:18
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El miedo a la igualdad
Siempre encontrará el camino
Hacía el corazón del cretino
Caciques con una única deidad
¡Dinero! Paraíso terrenal donde
Sepultar su falta de moral y dignidad
Bastardos a caballo copita en mano
Credo certe ne cras (Creo con certeza que no hay ningún mañana) Anónima
Consumidos por la miseria
Atrofiados por la paciencia
Como en cuadras hacinados
Al fin hemos despertado
El cielo se inclina antes de caer
A nuestros pies
Ardores invernales
En estos lodazales
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4. |
Secretos en la Oscuridad
05:32
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El ocaso se cierne sobre la ciudad
Las tristes calles susurran sin parar
Lo acaecido tortura a esta sociedad
Las mentiras nos van a destrozar
La vida entera la vamos a pasar
Buscando algo por lo que soñar
Algo bueno, algo sin maldad
Sombras guían nuestro amargo caminar
La ilusión se desvaneció
En una bruma de consternación
Bajo las piedras su verdad halló
Nuestra condena es su salvación
Gobernantes temerosos de Dios
Justificando su ira y su temor
En el pueblo nada ocurrirá
Pero del campo protestas surgirán
No cometimos robo ni traición
Por levantar la voz se nos condenó
Tiempos modernos en los que celebrar
La democracia el trabajo y la igualdad
Ignem veni mittere in terram et quid volo si accendatur (Fuego vine a echar sobre la tierra; Cuánto desearía que ya estuviera ardiendo) Jesucristo
Crucifijos, incienso y redención
Es la oferta que del cielo nos llovió
Confesionarios teñidos de piedad
Tan negros como la cruda realidad
Parroquias llenas dando una ovación
Al hijo puta que va de salvador
Beatas secas cantando sin cesar
Orando por mi alma inmortal
Por el culo os podéis meter
El crucifijo y la torre de babel
Vuestras mentiras nunca empañaran
La triste historia que acabo de contar
La ilusión se desvaneció
En una bruma de consternación
Bajo las piedras su verdad halló
Nuestra condena es su salvación
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5. |
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Una lanzada en mi corazón
Al ver mis hijos llorar por el dolor
Con paso trémulo y resignación
Hacia el cadalso ando con estupor
Cada uno carga con su cruz
Con la incertidumbre de no ver la luz
Amigos míos este es el final
Al otro lado os espero encontrar
Iniqua nunquam regna perpetuo manent (Los reinos malvados no permanecen mucho tiempo) Séneca
Al tercer día
Nuestras ideas aun latían
No así los fríos corazones
Que no cantaran más canciones
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6. |
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Y luego os quejaréis del terrible destino que padecéis
Hijos de la calamidad ¿Quién os iba a decir que esto iría a más?
Perdidos en la oscuridad del arduo camino solo buscamos nuestro sitio
Miramos para otro lado, esperanzados en que la muerte no se siente a nuestro lado
¿Qué herencia vais a dejar? El silencio de la desigualdad
Quien guía la mano del ejecutor si no el pueblo que legitima al dictador
Ahora lloraréis igual que ayer mirando al mañana sin saber qué hacer
¿Qué herencia vais a dejar? Los llantos de la mediocridad
¿Qué herencia vais a dejar? Heridas abiertas sangrando sin cesar
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7. |
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